¿Valores en peligro?
¿Hasta qué punto la censura es necesaria? ¿Qué tan arbitraria o incoherente puede ser? ¿Y qué tan efectiva resulta en realidad? ¿Cuáles son los límites de la legalidad? ¿Estamos apuntando nuestras antorchas al lugar correcto? Hay contenidos que, aunque son ácidos o irreverentes, no cruzan la línea de lo ilegal, y aun así son juzgados con más dureza que otros realmente preocupantes pero ignorados. Esto, desde mi punto de vista, es una forma de violar la libertad de expresión y de faltarle al respeto al trabajo de los artistas, como si volviéramos a las quemas de libros de 1933.
Vivimos bajo un sistema hipócrita que, incluso hoy, en pleno 2025, sigue afectando a los creativos. Ya no tanto en la televisión, pero sí en internet, donde lo que compartimos y creamos también está bajo la lupa constante de la censura y el miedo a la cancelación.